Gobierno y oposición en una carrera de obstáculos - www.criticadigital.com


El Gobierno acumula excelentes y surtidas noticias sobre la fragilidad de la oposición. Elisa Carrió se pelea con Hermes Binner y Julio Cobos. Gerardo Morales critica duro al vicepresidente, al futuro candidato, al hombre que –dicen las encuestas– puede hacer resucitar al radicalismo. Francisco de Narváez y Mauricio Macri ya no sonríen juntos, más bien disputan. Felipe Solá ya no está con ninguno de los dos. La centroizquierda no asoma la cabeza. Y sin embargo: el Gobierno no consigue dejar contento a los intendentes del conurbano y a los movimientos sociales –al mismo tiempo– con un plan de promoción de cooperativas con un presupuesto millonario y no resuelve dos de sus grandes desafíos: la inflación y el financiamiento, le cuesta cada vez más sumar votos en el Congreso de la Nación, y cada vez que aparece recuperando fuerzas surge un contrincante peronista para debilitarlo.

El consuelo para el oficialismo es que ninguno de los cortocircuitos internos en los principales aglomerados opositores parece tener un pronto fin. Artemio López, experto en el análisis de las fortalezas y debilidades del Gobierno, cree que todo pasa por un problema de perspectiva. “El Gobierno está sumergido en algunas polémicas puntuales que a veces le hacen perder la perspectiva sobre el verdadero desastre que significa la oposición. Y se debate en medio de sus propias obsesiones. Si lograra poner distancia y ponerse desde una perspectiva más global, vería que no sólo no está en situación de retroceso, sino que incluso podría retomar la iniciativa con mucha fortaleza, traccionada fundamentalmente por el nivel de crecimiento económico que tendrá 2010, que probablemente sea mejor del que esperamos”, apunta el director de la consultora Equis.

Un repaso por los cruces de las últimas horas pone de relieve los obstáculos que le surgen a la Casa Rosada. El senador Carlos Reutemann, por ejemplo. Se sabe que es mirado con expectativa por un puñado de dirigentes de peso en el peronismo (como los hermanos Rodríguez Saá, Jorge Busti, Juan Schiaretti, Eduardo Duhalde) y en los bordes del partido por figuras como Francisco de Narváez y Felipe Solá. Justo cuando Néstor Kirchner es hospitalizado con un problema de salud serio, regresa de sus descansos campestres y subraya el potencial corrupto del Gobierno y, de paso, recuerda que todavía él puede ser candidato a presidente en 2011. Por eso es que los funcionarios y los legisladores salen a contestarle. Por eso mismo es que el jefe de la CGT salió a ponerlo en caja. “Es un imbécil, un ‘bobi’ y una máquina de decir estupideces”, lo definió ayer Hugo Moyano.

Tampoco pueden pasarse por alto las advertencias de Luis D’Elía. Que hace poco dijo que “el que avisa, no traiciona” y que si no se les resta poder a los intendentes del conurbano a favor de las organizaciones sociales en marzo pueden salir unos 80 mil militantes a las calles para exigir más lugares en el Plan Argentina Trabaja. Y que ayer mismo le mandó una carta a Alicia Kirchner para sugerirle cambios profundos en la implementación del Plan de Asignación Universal por Hijo. Los reclamos apuntan, además, a dos de las apuestas más fuertes que hizo el Gobierno para conquistar o sostener la simpatía de los sectores más marginados.

Fernando “El Chino” Navarro, dirigente del Movimiento Evita y diputado bonaerense, admite como una dificultad que “no es lo mismo tener una oposición seria con posiciones razonables y coherentes que una oposición fragmentada que se pelea para ver quién aparece en la portada de los diarios”. Y cree que el Gobierno está “centrado en la gestión del día a día”, “en terminar de reorganizar su fuerza política”, y en “aunar voluntades, y no romper, en el Congreso”.

Algo parecido dijo ayer Cristina: “A nadie se le cae una idea alternativa a las que propone el Gobierno”. Una metáfora similar empleó Agustín Rossi para asumir, al mismo tiempo, su difícil misión como jefe de bloque en Diputados: “La actitud de la oposición de no votar el Fondo del Bicentenario es solamente comparable con la del ex ministro Domingo Cavallo recorriendo los mercados internacionales pidiendo que no le prestaran plata al gobierno de Alfonsín”, dijo. Y replicó la tentación de tratar de desestabilizadores a todos los que dicen otra cosa, distinta a la oficial.

Rossi, además, admitió que están 7 u 8 votos abajo en la Cámara de Diputados para tratar el Fondo del Bicentenario. El ministro de Economía, Amado Boudou puso de relieve también la importancia del asunto. Repitió que el Gobierno cree que se trata de una herramienta “fundamental” para resolver los pagos de deuda previstos para este año. Y dijo que así, sin esa posibilidad, “el país no avanza”. Que es lo mismo, al fin, que parece pasarle, por estos días, al proyecto que pergeña el matrimonio oficial. Que va tan lento. A pesar del camino desolado.

Moyano contra el Lole: es un “bobi”

El secretario general de la CGT mostró que la diplomacia no es su fuerte a la hora de la réplica política, y dijo que el senador Carlos Reutemann es “un imbécil, un ‘bobi’, una máquina de decir estupideces. Estamos acostumbrados a que diga boludeces”. Las observaciones del camionero sucedieron a la acusación del senador santafesino, quien personificó en Moyano al destinatario de sus advertencias sobre la posibilidad de que se roben “hasta la Plaza de Mayo”. El gremialista no quiso dejar pasar los dichos de Lole y consideró que el piloto “está preparando el terreno para, de una vez por todas, decidir a pegarse la borratina” y desistir de la carrera presidencial. “No tienen sentido las cosas que dice, hasta los exabruptos son gansadas. Es completamente incapaz hasta para hacer una crítica este muchacho, pero, bueno, ya nos tiene acostumbrados”, remarcó Moyano. Y sacó a relucir las causas judiciales contra el santafesino por “la inundación de Santa Fe y por el muchacho de la bicicleta que se mató en la represión” de 2011 al aludir al seminarista Claudio “Pocho” Lepratti.

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