EL MAPA TRUCHO DEL DELITO

Por Fernando Navarro
El mapa del delito que se ha dedicado a publicitar el diputado Francisco De Narváez es una muestra más del grave daño que se hace cuando se pretende utilizar el problema de la seguridad como tema de campaña, jugando con el miedo y agravando la intranquilidad que padece la gente.
Este publicitado mapa del delito se confecciona con la tecnología diseñada por Chicago Crime, un sitio web creado por un estadounidense de 24 años. Pero la gran diferencia reside en que, mientras ese sitio se nutre de información oficial a partir de un convenio con el Estado, la página web de De Narváez se nutre de las “denuncias” que se pueden efectuar por Internet o a través de una línea telefónica.
La diferencia es notoria: en un caso tenemos una herramienta rigurosa, confeccionada con la información oficial, la cual ha sido debidamente filtrada para no computar las falsas denuncias o aquellas que se refieren a conflictos vecinales o familiares que no llegan a ser delitos. En el otro, una página web marketinera que viene acompañada de un grupo de Facebook para hacer campaña y en la que sin ningún tipo de inconveniente se puede “inventar” un robo, un secuestro o un homicidio. Es decir que una cuestión seria y trascendente como la confección de un mapa del delito, que se utiliza para que las fuerzas de seguridad desarrollen las políticas preventivas y de persecución del crimen, se utiliza como herramienta de campaña sin producir efecto positivo alguno en la lucha contra el delito.
Aunque en el sitio y en las declaraciones se aclare que lo importante es denunciar los delitos y que no se pretende competir con el Estado, el fundamento para poner el sitio de pie es la desconfianza en las cifras oficiales, con lo cual lo que se hace es desalentar a la gente para que denuncie las conductas delictivas a través de las vías correspondientes.
Basta revisar algunas de las denuncias recogidas en el sitio para advertir que muy pocas han sido realizadas al 911, que es la vía adecuada para denunciar y solicitar el accionar policial y que desde su implementación ha demostrado ser una herramienta valiosa.
¿De Narváez descubrió el mapa del delito? ¿Los ámbitos públicos no realizan esta actividad para combatir el delito? Basta con investigar un poco para darse cuenta de que tanto en la ciudad de Buenos Aires como en la provincia de Buenos Aires se trabaja con mapas confeccionados con información oficial y con tecnología informática de última generación. Es que el mapa del delito es una herramienta de diseño de políticas públicas, y no un jueguito de Internet para hacer política.
Al hacer el mapa del delito, los operadores estatales, para poner un ejemplo, pueden acceder a la información geográfica de los hechos de piratería del asfalto. Pero también pueden acceder a datos que surgen de la investigación: aproximadamente un tercio de los hechos denunciados son falsos con el solo fin de cobrar el seguro. En el mapa del diputado, mucha información faltará y mucha otra será falsa.
El mapa trucho del delito que se pretende instalar sólo servirá para estigmatizar zonas, ignorar la problemática delictiva que se padece en muchas otras, no llegar siquiera a registrar la dimensión de diversas actividades delictivas y, por supuesto, utilizar sus datos imprecisos y la intranquilidad de muchas personas para alimentar una campaña política.
A los problemas de seguridad que padecemos, hay que agregar otro componente que los agrava: el oportunismo de quienes quieren utilizar como herramienta de campaña los temores de la gente con total falta de seriedad y rigor científico.



* Diputado de la provincia de Buenos Aires.

NOTA ORIGINAL: PÁGINA 12


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