Esta crisis no es innecesaria para este proyecto de gobierno, que desde 2003 aspira a producir un quiebre histórico para la Nación. Para que tengamos un país más justo para todos los argentinos.
Las crisis son oportunidades, dicen, y esta lo es. Con actores conscientes o inconscientes, ideólogos e idealistas, urdida fuera de los límites de las tranqueras, esta crisis puede ser salvaje, desubicada, desproporcionada, sobreactuada o caótica, pero nunca innecesaria.
Este gobierno, con la representatividad institucional que le dio en las urnas, hace siete meses, la mitad del pueblo argentino, sabe que, en el camino hacia ese país más justo, deberá enfrentar este y otros planteos parecidos, que sí ponen en evidencia problemas de fondo más delicados
Aunque lo quieran disfrazar con fatigados tractores y tonadita campechana, el fondo de la cuestión es el mismo por el que se movilizaron tantas veces quienes no quisieron, y no quieren, bajo ninguna circunstancia, resignar una parte de sus enormes ganancias para construir ese país más justo.
Para quien gusta leer la realidad con atención, este momento histórico pone en blanco sobre negro quien es quien en el país. Como piensa, que hizo, que hace y que haría, si pudiera. Esa es la parte más valiosa de esta crisis. Y que quienes encarnan este proyecto de gobierno popular la enfrenten sin moverse de sus convicciones e ideales. Con un profundo amor por la patria.Mientras pasa todo esto, en los primeros cinco meses del año se exportaron casi novecientas mil toneladas de granos y subproductos, traducidas en cuatro mil veintiocho millones de dólares más que en igual período del año anterior. Lo mismo pasó con la soja, de la cual se exportó un dieciocho por ciento más, con una ganancia setenta por ciento superior, aún con las retenciones.
Aunque los dirigentes del campo aseguran que frenaron las ventas externas de granos, Argentina se mantiene como el segundo exportador del mundo de maíz, con ingresos setenta y uno por ciento superiores a los registrados entre enero y mayo de 2007.
Así las cosas, mientras oportunistas cómo Carrio, Macri, De Narváez, etc. se suben al reclamo del campo, un periodista especializado en temas rurales, de uno de los medios que más trabajó a favor del lockout de las patronales agrarias, reconoció ayer que “cinco días de laburo alcanzan para trabajar ciento cincuenta hectáreas” y “un agricultor propietario de tierra puede ganar cuatro mil dólares al mes sin hacer nada, aún con las retenciones”.
Renegar de “posturas ideológicas ancladas en el pasado” se parece demasiado a la “muerte de las ideologías” proclamada en los 90 para vaciar el país.
Nosotros, quienes soñamos con una Patria justa, libre y soberana, para todos los argentinos, pensamos distinto. Seguimos pensando, si se me permite, que “el sueño se hace a mano y sin permiso, arando el porvenir con viejos bueyes”.